Aunque los partidos de futbol se pueden jugar prácticamente en todo lugar y con cualquier objeto que se pueda patear, nada se compara con disputarlos en el lugar adecuado, con el equipo y los accesorios perfectos, entre ellos el más importante de todos: el balón.
EN EL PASADO
La historia de este deporte -y por lo tanto de este accesorio- se remonta muchos años en el pasado. Hoy en día se tienen registros que datan de hace más de 3,000 años de que los mesoamericanos empezaban a jugarlo en equipos usando una especie de bola hecha con la savia del hule, misma que para los mayas representaba el sol y su poder.
En China también se practicaba un deporte cuyo principio era golpear un balón de cuero, en Corea jugaban con una pelota hecha con piel de cerdo o de ciervo, y así muchos juegos de pelota alrededor del mundo, pero fue hasta el siglo XIX cuando se popularizó el futbol como lo conocemos ahora, aunque con la cualidad de que la pelota era muy distinta.
EL BALÓN DE TIENTO
Este tipo de balones fueron los primeros en ser utilizados para disputar partidos de futbol. Estaba formado a partir de 12 a 18 gajos de cuero que envolvían una cámara con un pivote o pequeño tubo mediante el cual se inflaba. Para protegerlo colocaban un tiento o cordón de cuero y una lengüeta adicional que terminaba por deformarlo, restándole equilibrio y provocando un rebote extraño e impredecible.
EN LA ACTUALIDAD
La tecnología también ha sido importante en el futbol y por fortuna ha mejorado completamente el desempeño de los balones en el terreno de juego. Actualmente las características de los balones están reguladas por la Federación Internacional, que desde 1996 implementó un programa oficial para estandarizarlos, sobre todo en los partidos de futbol oficiales.
Para recibir la certificación, los balones de futbol deben tener un peso óptimo, redondez permanente, rotación constante, mínima pérdida de presión, mínima absorción de agua y un rebote uniforme. Además existe una prueba adicional que evalúa la retención de su peso y tamaño.
EL FUTURO
Nuestros avances tecnológicos no se detienen y los relacionados con el futbol tampoco, por eso el futuro de este accesorio pinta bastante interesante. Hoy en día existe un prototipo de balón inteligente cuya estructura está fabricada sin cuero ni hilos, simula la dureza habitual, no necesita aire para inflarse y además cuenta con sensores capaces de señalar si la pelota cruzó la línea de gol, si ha salido de la cancha o incluso si hay un fuera de juego.
Por si esto fuera poco, también se plantea la posibilidad de que recabe información cuantitativa sobre la velocidad a la que se movería durante los partidos de futbol y la fuerza con la que cada jugador la patea, e inclusive contaría con una cámara con estabilización de imagen en el interior que nos daría un nuevo punto de vista en estos encuentros.
La finalidad de esta tecnología, además de dar a conocer nuevos datos sobre el futbol, es hacerlo un deporte mucho más transparente reduciendo al mínimo las decisiones controvertidas de los árbitros, así que como empresa líder en innovación solo nos queda esperar que todas sus ventajas algún día puedan aplicarse en favor del futbol.